viernes, 31 de agosto de 2018

¿Qué era la calma?

La ansiedad es una condición psicológica muy desagradable, que estoy seguro que todo el mundo experimentó, por lo menos, una vez. Es gracioso hablar de esto como algo esporádico, ya que habemos personas (valga la expresión gramaticalmente incorrecta) que hacemos de la ansiedad una constante en nuestras vidas. Y no, precisamente, queriéndolo.

No ha faltado alguien que, por x o por y, haya utilizado la palabra "relájate" conmigo. "Cálmate". "Distráete". "¨Piensa en otra cosa". Sugerencias, consejos amables, simples y directos, pero que todos tenían una cosa en común: seguirlos me resultaba imposible. Se trataba en general de casi lo mismo, simplemente variaba el término utilizado, pero siendo todo lo mismo, todo era igual de difícil.

Miles de veces se me ha sugerido que me relaje, que me calme, que me tranquilice, y demás (En este  momento, aunque debería estar relajado, estoy intentando controlar el impulso para gritarle a mi hermano que hable mas suave mientras juega a sus videojuegos en red con sus amigos). Y lo he intentado cada vez que me lo recomendaron, siempre que para mí tuviera sentido. Y lo tenía, casi siempre. Pero había una constante, y es que nunca lograba hacer aquello que para ellos era fácil (o al menos, más que posible). Era incapaz de relajarme. Aún al regresar a mi zona de confort, tan solo no podía y parecía que yo no estaba escuchando su consejo. Sin embargo, tenían toda mi atención.

Hay momentos en los que yo mismo me digo que es tiempo de relajarme. Se supone que, sin alguna tarea qué hacer, cuando soy yo y mi consola de juegos, mi musica, mis libros, mis videos o incluso mi silencio, es un ámbito perfecto para relajarme (y ni hablar si estoy sólo en casa). En teoría, ahí debería empezar a descontracturar mi cuerpo y dejar mis sentidos reposar, ¿no?

Todo funciona así:
Enciendo mi consola de juegos. Elijo el juego que voy a jugar, a veces sin mucha seguridad. Me pongo a jugar cualquier juego. Al cabo de un tiempo, lo que sea que haga dentro del juego requerirá mi atención, a veces más, o a veces menos. Pero en la inmensa mayoría de los casos, cual computadora, mientras estoy jugando corre una especie de proceso en segundo plano. Allá por diciembre de 2017, cuando estaba jugando Crash Bandicoot, en medio de las pruebas contrarreloj, imágenes de los insultos de la familia de mi ex novia, escenarios hipotéticos y un enorme malestar me invadían. 

Todo esto mientras jugaba el nivel más difícil del juego (Stormy Ascent, para el que quiera buscarlo) donde el margen de error en varios puntos del nivel es mínimo y donde la concentración es la clave del éxito. Y no voy a decir que estaba exactamente desconcentrado en esos momentos, no caí al vacío estúpidamente por estar desconcentrado: yo seguía jugando como si nada. Pero mi mente no estaba 100% dentro del juego. No podía dar el 100%. Porque un porcentaje de ella estaba ocupado, involuntariamente, en esa situación desagradable. Y así siempre: no sería esa situación, pero no podía enfocarme del todo. Así y todo, llegué al puesto número 9 mundial. ¿Qué sería si pudiera concentrarme del todo, no? 

Pero la realidad es esta: no estaba del todo metido en el juego. No me estaba relajando.

Enciendo la pantalla de mi celular, busco música. Y me encuentro una nueva perdición. Yo tengo oído absoluto: es decir, puedo reconocer notas y algunos acordes y escalas musicales, sin necesidad de alguna referencia externa. Pongo una canción cualquiera y en mi mente ocurre esto:

Juan Cruz Ciacci (C) v.3.2

Información de pista actual
Canción: (insertar nombre aquí)
Artista: (insertar artísta aquí)
Álbum: (insertar álbum aquí)
Año: (insertar álbum aquí)
-aquí viene lo bueno-
Género: Liquid Drum and Bass 
Tonalidad: Re menor
Pulsaciones por minuto: 174 aproximadamente
Partitura: (generando automáticamente. Por favor sea paciente mientras se genera)
Acorde sonando en este momento: Fa mayor
Visualizador de sonidos: (insertar visualizador aquí)
Representaciones gráfica de la percusión: (insertar tabla aquí)

Así todas las putas veces que escucho una canción. Y será así en el mejor de los casos, siempre que pueda obtener toda esa información rápidamente. Y no es que la quiera buscar, eh, tan solo demanda su aparición, y como tenga problemas, imagínate la angustia que siento al no encontrar la información que busco. En esos momentos no soy un ser humano, soy una computadora. Pero no se supone que deba ser una computadora, se supone que soy un ser humano que sólo quiere relajarse y escuchar música nada más. ¿Qué se supone que haga al respecto? No sé. Pero sólo sé una cosa: SIGO SIN ESTAR RELAJADO.

Así me ocurre todo el tiempo. Aún cuando no hago nada. Aún cuando hago de todo. ¿Quieres saber qué es lo más gracioso? Que a veces lo que me molesta son asuntos angustiantes que me ocurren en el momento. En teoría, debería calmarme cuando se solucionen, ¿no? No. No pasa. Algo del pasado que antes me molestaba menos vendría para acosarme y asegurarse de que nunca pueda estar relajado. Una porquería.

Dicen que una característica muy común en el Síndrome de Asperger es la ansiedad. He de aclarar que mi grado de Asperger es de los más leves, y muchos me confunden con un neurotípico, al menos al principio. Y no suelo tener grados muy elevados y evidentes de ansiedad, que sean demasiado incapacitantes o que se evidencien muy físicamente. Pero están ahí, y aunque oscilan en intensidad por momentos, estos persisten y no me abandonan jamás.

Ni hablar de la ansiedad que me causa hablar con algunas personas. Temer meter la pata constantemente. Temer aburrir al otro. Temer decir algo indebido. Temer no saber de qué hablar. Temer el rechazo. Temer al silencio. Temerte a tí mismo en pocas palabras... esa misma ansiedad e impulsividad es la que te cruza y amenaza con traicionarte y alejar a los demás de tí cuando es justo lo que evitas.

Todavía hay gente que me pide que me relaje, y que no me entiende cuando les digo que mi mente no descansa. Y juro que trato. Hago todo lo que puedo. Pero no encuentro los medios para hacerlo. Y estoy tan cerca de aprender cómo reducir mi ansiedad, como de saber qué se siente estar verdaderamente relajado.

Hace ya más de 3 meses y medio que no siento cierto nivel claro de calma...

jueves, 30 de agosto de 2018

Un nuevo espacio

¡Bienvenid@s!

A poco de terminarse el día, hoy, 30 de agosto de 2018, he creado este nuevo sitio: Luces Divergentes.

Sé que tenía historias para contar, cosas que decir e información que quería hacer llegar al mundo, tanto para quien me conozca como para quien no lo hace. Pero no estaba convencido de la manera en la que quería hacerlo. Eventualmente llegué a la conclusión de que un blog era la mejor forma de expresarme.

Este sitio está dedicado a todo el mundo: personas de todas las edades y sexos, tanto neurotípicos como neurodivergentes, con o sin autismo, que entiendan el español y que deseen saber más acerca del mundo alternativo (y también muy interesante) que es la neurodiversidad, el análisis de la vida diaria de las personas con autismo, y mis experiencias personales como neurodivergente.

Los comentarios serán bien recibidos siempre que sean con respeto. En principio sebiré solo yo (Juan Cruz) pero en el futuro habrá amigos y colegas míos compartiendo su conocimiento y sus experiencias en este blog. Si conseguimos el suficiente apoyo, consideraré hacer una versión en inglés del sitio.

¡Esperamos que te lo pases muy bien!